En mi romería por cursos varios esta semana he asistido a uno seducida por su contenido y con mucha curiosidad respecto al público que se había apuntado, atraído por él.
Los objetivos de la charla eran: conocer los principios del arte de la seducción, fomentar pensamientos y actitudes positivas para seducir, aprender comportamientos concretos para seducir a los clientes y aplicar la seducción a la gestión de personas.
Éramos un centenar de desconocidos, sentados de manera aleatoria, reflexionando en común sobre las claves del éxito al seducir o haber sido seducidos. El subtítulo de la charla tenía que haber sido Taller de risoterapia, porque reímos más que una tarde frente a un grupo de cómicos.
Atracción, confianza, complicidad, acción, gestos, persuasión, humor, novedad, naturalidad fueron algunas de las palabras vinculadas a la seducción. La base de la charla era que se puede aprender a seducir y existen hábitos que potencian la simpatía en los demás. Mi dilema era, puede existir capacidad adquirida para seducir pero ¿tenemos la voluntad? ¿hasta que punto serás natural actuando como mercenario con tu yo frente a alguien a quien quieres agradar por una cuestión comercial?
Los que no sonríen, no confían en si mismos, no escuchan de manera activa, no transmiten confianza, tiene una actitud negativa, son artificiales, están encorsetados, son predecibles, son incapaces de reírse de si mismos o de mostrar sentido del humor ¿creéis que variarán su actitud por el hecho de saber que realizar lo opuesto atrae? Y si se animan a modificar sus hábitos ¿crees que el resultado será lo bastante natural como para provocar seducción en un tercero?
En mi opinión si ya eres seductor/a lo sabes, conoces tus armas y las aplicas de modo natural y si no lo eres, no vas a serlo, aunque seguro que la naturaleza o el ingenio te habrá aportado otras técnicas de atracción.
Guzmán López, Diana Orero y Fernando Pena, los ponentes que el jueves realizaron la charla, creen que la transformación sí es posible y han preparado un taller para demostrarlo ”Creatividad aplicada a la seducción”
Nos gusta que nos regalen los oídos, la lisonja sin pecar en el exceso, la atención; que recuerden nuestro nombre, nos hace sentir importantes y especiales y en gratitud esas personas nos caen bien, nos resultan agradables. Parece sencillo, entonces ¿qué nos frena? ¿por qué no nos relacionamos continuamente de ese modo?… Por miedo al rechazo.
Por ello invitaron al fracaso y a no desfallecer y ser “un poco kamikaze”, tomar la iniciativa sin miedo al rechazo, vivir con actitud de juego.
También se habló de esfuerzo, de ingenio a la hora de formular elogios, de sorprender, encuadrar y pensar como la otra persona y de ser un almacén de datos en tus relaciones con otros, para poder hacer referencia a lo que te mencionaron en conversaciones anteriores. Como veis toda una técnica, si se quiere poner en práctica. Si os interesa el tema podéis ampliar información en ICA
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